Sólo hay un Dios, que es el creador de todo cuanto existe. Dios siendo uno, es en tres personas: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Es infinito, inmutable, eterno, omnisciente, omnipresente, es amor, es santo, es justo y misericordioso.
Ella es la palabra de Dios, inspirada por El y revelada al hombre para la salvación de su alma, ella es útil para enseñar e instruir.
Es hijo de Dios, se hizo hombre para salvar al hombre, en él hay dos naturalezas: La Divina y la Humana, es verdadero y perfecto. Murió en la cruz para redimir al hombre de sus pecados, descendió a los lugares más bajos de la tierra donde estuvo en el Hades, resucitó al tercer día para sentarse a la diestra del Padre desde donde intercede por nosotros.
Es Dios, enviado del Padre para engendrar a los creyentes y morar en ellos, fue dejado en la tierra para ser el consolador de la Iglesia hasta que ella regrese a la morada del Padre.
Dios es soberano y amoroso, creó al hombre y habiendo visto el pecado de éste, decidió salvarlo dando a su hijo en rescate por medio de la muerte en la cruz, este rescate es recibido por gracia, el hombre no puede hacer nada para alcanzarlo pues es un don divino.
Este integra al discípulo en el Cuerpo de Cristo, lo identifica con su muerte y resurrección. Es para todo aquel que ha creído y se ha arrepentido de sus pecados.
Son la capacitación de los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo hasta que alcancemos la unidad de la fe, y el conocimiento del Hijo de Dios. Para que seamos hombres de madurez plena y alcancemos la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Es un acto divino por el cual Dios levantará corporalmente a todos los muertos. Además, los salvos recibirán vida eterna en Cristo y los incrédulos irán a la perdición eterna.